Pequeñas Infamias (1) - Alianza de Civilizaciones… (Por mí no lo haga)

Alianza de Civilizaciones… (Por mí no lo haga)

Como ya sabéis, nuestro presidente José Luis Rodríguez Zapatero, propuso en la 59ª Asamblea General de la ONU, el 21 de septiembre de 2004, la creación de una alianza entre Occidente y el mundo árabe y musulmán con el fin de combatir el terrorismo internacional por otro camino que no sea el militar.

Esta idea no es nueva, sus puntos fuertes son: la cooperación antiterrorista, la corrección de desigualdades económicas y el diálogo cultural. Desde hace muchos años se estudian formas de evitar esos choques entre civilizaciones, que según muchos expertos será el problema más nombrado en el presente siglo XXI.

Bueno, después de exponeros este mini resumen de intenciones, y después de analizar un poco este asunto en mi cerebro, me vienen las ganas de compartir con vosotros algunas ideas, esperando que me ayudéis a dilucidar si me estoy volviendo demasiado escéptico, susceptible, o es que no me entero...

Entiendo que suene bien eso de ser promotor de una alianza, y sobre todo para combatir el terrorismo, pero esos esfuerzos durante muchos años han caído en saco roto. Mucha inversión de dinero, de compromisos, de divagaciones en algo que se mantiene calmo durante un tiempo, y en tres segundos, se levanta una chispa por cualquier insignificancia, y se monta la de Dios.

Hablamos de civilizaciones diferentes, que tienen entre ellas siglos de evolución y de distancia. Dudo que cualquiera de nosotros quisiéramos hacer ahora una alianza con el catolicismo de la Inquisición, con Torquemada de interlocutor, por ejemplo. El mundo árabe y musulmán dista mucho de lo que entendemos ahora mismo por civilización, y en muchos sentidos aún no ha pasado por el tamiz del tiempo.

No me gustaría que me tachaseis de racista ni intolerante, tampoco estoy en contra de la inmigración de estos países, (actualmente es, y será durante mucho tiempo el sostén de nuestra economía). Por suerte tengo amigos y conocidos musulmanes y algún árabe, y me han demostrado durante años que puedo confiar en ellos y son gente sensata, trabajadora, y cordial.

Pero una alianza, lo que es una alianza, perdonen pero, yo ya me lo pienso. No quiero aliarme con quienes aún utilizan la lapidación como medio de justicia, obligan a sus mujeres a utilizar el burka, persiguen y condenan a muerte a escritores y periodistas por el mero hecho de opinar acerca de un texto escrito, o por ilustrar con una imagen a un profeta, lo siento pero no.

Lo que pasa es que hablamos de política, y de lo que es políticamente correcto, y plausible, y entonces a ciertas personas se les pone cara de bueno, y le da por asentir y por crear un diálogo de besugos donde todos se creen profetas en tierra ajena, (que según dicen es como se triunfa).

Pero a esto último justamente quería llegar, a hecho de ser profeta, pero quizás en nuestra tierra, en castellano, que seguro que es un lenguaje en el que el Sr. Zapatero, (dudo que nuestro presidente se gaste lo mismo en intérpretes, que en cursos de idiomas), tú, y yo, nos entendemos.

Hace ya algunos siglos, la historia colocó a España en el centro del universo. Se decía en aquel entonces que en nuestro imperio no se ponía el Sol. Eran los siglos XV y XVI, y nuestro país se consagraba como la Madre Patria de medio mundo. Conquistamos las Américas, las colonizamos, las saqueamos, y aún así, aquella gente nos ha seguido teniendo respeto y cariño como de padres a hijos.

Hoy basta salir por la calle para cruzarnos con personas de todos esos países latinoamericanos. Gente humilde y trabajadora, con todas sus virtudes y todos sus defectos, que han venido a nuestro país buscando un presente y un futuro mejor, y muchos huyendo la pobreza, la injusticia social, la inseguridad, etc… Son estas personas con las que sí me aliaría, sabiendo que conozco su modo de pensar, sus costumbres, sus miedos, su religión…

El Sr. Zapatero debería desmarcarse de nuevo, como cuando sacó nuestras tropas de Iraq, y romper una lanza por toda Latinoamérica, pero de forma clara, y no con discursos difusos de cumbre “preacordada”.

Tenemos una sociedad avanzada y moderna que puede servir de modelo y estímulo para muchos de aquellos países, tenemos una democracia que también puede servir de ejemplo para sus gobernantes, un sistema judicial digno, tenemos una posición económica envidiable para ellos, (a pesar de la crisis), experiencia en transiciones, y al fin y al cabo corre por nuestras venas mucha sangre compartida.

Posiblemente no se lleve ahora ayudar a Latinoamérica, no sea políticamente prudente, y no sea económicamente rentable, pero me siento más hermano de cualquiera de ellos que de cualquier otra civilización… ¿Dónde tengo que firmar?

Fulgencio Meseguer Galán