Todo fue por instalar un kit de INFOVÍA que proporcionaba telefónica con un módem de 14.4Kbps, con el que se podría acceder a una cosa que se llamaba Internet, que según decían, sería el futuro, y que nadie, os prometo que nadie, sabía que era.
Pero bueno, una vez configurado, (2 días después), conseguí dos cosas: lo primero, entrar en la web de www.terra.com, que era por aquel entonces lo más visitado, y casi lo único que había en castellano, y lo segundo, mandarme un e-mail de prueba a mí mismo, (era el único que tenía correo electrónico de todos mis amigos y conocidos).
14 años después Internet se ha convertido en algo casi imprescindible en nuestras vidas, y digo “algo”, porque sería incapaz de definir en un nombre qué es Internet en nuestra vida: no es un buzón de correo, ni un electrodoméstico, ni una televisión, ni una radio, ni un libro, ni un videojuego, ni unas páginas amarillas, ni una enciclopedia, ni el medio, ni su contenido,
Si tuviese que definir Internet en una frase corta diría: Un Big Bang digital de anarquía y gratuidad.
Está claro que Internet crece exponencialmente, y todos los días se crean miles de páginas nuevas. Igualmente claro está el hecho que no hay ningún tipo de control, jerarquía, ni orden dentro de este crecimiento; estas dos cosas me gustan.
Por último, “gratuidad”, señores, ¿gratis?, ¿seguro?... Me bajo gratis la música, pero la caja jewel con su carátula, CD e inlay no aparece por la disquetera ni por el cable del ONO. Veo y leo los reportajes y fotografías de paisajes, naturaleza, tecnología… pero en el baño no puedo, no tengo monitor, (por ahora)…
Hoy día te tildan de loco si vas a comprar un CD de música o un DVD, o si llamas al número de información de telefónica, si compras un mapa mudo de Europa, o compras un juego original para la Nintendo DS; tampoco está bien visto que compres un programa informático por Internet, ya sea una pequeña utilidad de entretenimiento o una herramienta para la empresa. Seguro que todo esto lo tienes disponible en el Emule o Ares, (seguro que ninguno de vosotros habéis oído hablar de estos programas), o conocéis a un amigo o un cuñado que os lo puede proporcionar si le pasas tu pen drive….
No obstante, después de 20 años de lucha, las discográficas, a pesar de las cintas vírgenes y los cd-r, siguen estando vivas, el cine se sigue haciendo, a pesar de las descargas de dudable calidad, los escritores siguen escribiendo libros, a pesar de las fotocopias, y los fabricantes de software siguen haciendo programas, cuesten lo que le cuesten..., esto se llama evolución, o adaptación al medio, (al fin y al cabo llevamos 5 millones de años haciéndolo).
Yo estoy también evolucionando: ya no compro toda la música que oigo, ni todas las películas que veo, ni todos los periódicos o revistas que leo, no obstante, sigo sin beber, sin fumar, pero por favor, no me llaméis derrochador si me veis abrir un CD original de lo último de Hans Zimmer, o miráis mi colección de DVDs, (algunos ya en Blueray), o veis en mi mesilla de noche un National Geografic de los de verdad…
Son sensaciones, de tocar, de disponer, de sentir… algo parecido al tacto de la hierba, el sabor del pan, o al olor del perfume de mi mujer.
Fulgencio Meseguer Galán